En un paseo interpretativo o guía de la naturaleza caminamos sin prisas, fijándonos en los pequeños detalles, conociendo los habitantes del entorno, plantas, animales, rocas, aire, nubes, gentes…etc.; disfrutando de rincones escondidos y grandes espacios abiertos. De senderos olvidados y efímeros arroyuelos.
Recordamos historias del lugar y aprendemos haciendo camino.
De esta manera aprendemos y conocemos características del lugar o de los seres de la Naturaleza que antes no conocíamos.
Es una actividad ideal para hacer con niños/as puesto que aprenden a valorar el entorno natural, también para grupos de adultos, familiares, amigos o compañeros de trabajo, por ejemplo.