Final de vida
Ser conscientes de nuestra mortalidad, tener la muerte integrada en nuestro momento presente, nos permite vivir una vida más plena, real y presente
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A través de la práctica de las regresiones de vida y de mi experiencia durante y tras el terremoto de Nepal de abril 2015, empecé a interesarme por la muerte, las pérdidas y el duelo. Cuando regresé a España para la celebración de la boda de mi hermano, necesité un tiempo para asentarme y reconectar con mis raíces, para integrar un viaje de 2 años y medio por Europa, Marruecos y Asia y sobre todo para asentar todo lo vivido durante mi tiempo en Nepal, donde dediqué toda mi energía, tiempo y amor a apoyar a jóvenes que habían perdido su hogar y/o familia tras el terremoto de Nepal.
Después de varios meses de enraizamiento en Sevilla recibí una llamada de un desconocido, ofreciéndome cerrar una reunión para explicarme un proyecto de desarrollo comunitario con personas al final de vida. Cuando indagué más sobre el proyecto sentí como si este propósito hubiera caído del cielo directamente para mí, y así es como me adentré a ser parte de él, y él parte de mí. Han sido cuatro años y medio de completa dedicación para el acompañamiento a personas que afrontan el final de vida y sus familiares, hasta junio 2020. El trabajo de intervención ha ido acompañado de campañas de sensibilización: organización de Death Cafés, redacción de libros y ejecución de programas de educación sobre la muerte en centros educativos; y de organización de cursos de formación sobre el final de vida para pacientes, familiares, voluntarios y profesionales del ámbito sociosanitarios.
A medida que ha pasado el tiempo he encontrado una vocación, algo por lo que vibra mi corazón: el acompañamiento durante el final de vida y la muerte. Me he dado cuenta de la importancia que tiene para nuestra vida esta última fase final, no solo para los que se van, también para los que se quedan y de que realmente la muerte es la gran maestra.
El final de nuestra vida, por lo general, es un momento de reflexión, de perdón, de cerrar portales y/o temas pendientes. Pero ¿por qué esperar al final de vida para perdonar, agradecer, valorar, cerrar…?
Ser conscientes de nuestra mortalidad, tener la muerte integrada, nos permite vivir una vida más plena, real y presente.
Estar en contacto con la enfermedad y la muerte me ha enseñado que lo más importante es ser feliz aquí y ahora, que el futuro no existe, que nuestro día final puede ser hoy, o mañana, que debemos vivir cada día como si fuera el último, intentando estar satisfechos con nosotros mismos cada noche cuando nos vamos a dormir, porque cada noche es una pequeña muerte, una desconexión de nuestro ego; y cada día es un regalo, una nueva oportunidad para seguir aprendiendo a amar y a ser felices.
Durante estos años además sigo con mi estudio permanente sobre la muerte y el acompañamiento contemplativo ante el sufrimiento, a través de lecturas prácticas meditativas. He tenido el privilegio de aprender de grandes personas que se han convertido en mis maestros como Frank Ostaseski, profesor de budismo, conferenciante internacional y líder en el cuidado en los procesos de morir; Joan Halifax, maestra budista zen, antropóloga, ecologista, activista de derechos civiles, cuidadora con larga experiencia en el acompañamiento a personas moribundas, o Rafael Mota, médico de cuidados paliativos con más de 20 años de experiencia y presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos de España.
Siento que promover la compasión y la asimilación de nuestra propia impermanencia es, hoy día, de urgente necesidad, en una sociedad donde vivimos de espaldas a la muerte, donde no queremos mirar cara a cara al sufrimiento y que, como consecuencia, provoca que no estemos preparados para lo que, para todos, está por venir.
“Todo acaba, nada es permanente”, es la gran verdad de la naturaleza, integrar esta verdad es la clave de la felicidad, aún más en tiempos difíciles. Integrar y transmitir esta gran enseñanza es parte de mi camino de aprendizaje con el acompañamiento al final de vida y la muerte. Shanti.
Acerca de Nosotros
Descalzos al bosque es el espacio para caminar hacia tu equilibrio y paz
interior a través de la espiritualidad y conexión con la Naturaleza. Es
el resultado de la unión de almas, fusión entre femenino y masculino y
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En esta fusión Shanti aporta el trabajo espiritual a través de prácticas yóguicas, tibetanas y védicas e Iván aporta el trabajo de transformación a través de la conexión con la Naturaleza.